Esta comunidad de vecinos de un edificio de más de 20 años, llevaba tiempo con diferentes problemas de humedades y fisuras. Antes de proceder a reparar sin más conocimiento, decidieron contactar conmigo para asesorarles en materia de construcción.
En estos casos, el primer paso es realizar una inspección in-situ del edificio para reconocer y localizar los daños. A continuación se determina qué es (por ej.: humedad por filtración, grieta, desprendimiento…), qué características tiene y que riesgo posee. Con el listado realizado, se correlacionan los daños y comprueban cuáles son problemas del edificio y cuáles de un uso erróneo de los usuarios. También se ordenan en función al riesgo y a las prioridades de actuación.
La actuación posterior más común es buscar las causas que provocan los daños para poder subsanarlos.
El error más habitual es detectar el daño y reparar sin conocer la causa. Esto no solo puede no solucionar el problema que incluso puede empeorarlo.