Con el cuélebre como lema, proyectamos una cubierta única que bordease el contorno de la parcela, para albergar y ordenar todas las dependencias deportivas independientemente de los volúmenes de cada uso.
A modo de escamas se diseñó unas figuras extrañas que permitiesen la entrada de luz controlada a las distintas dependencias.
El cúelebre protege el deporte local y sus instalaciones, por estar colocadas las zonas de acceso y control en los bordes Norte y Este que conectan con la zona residencial de Piedras Blancas.
Los cuélebres no mueren de viejos, suelen morir cuando ellos lo deciden porque así lo consideran oportuno.